Trabajaremos para construir una Constitución que nos respete
Biografía
– Abogado, Universidad Católica de Chile (2009);
– Jefe de Gabinete de los ministros de Defensa Nacional (2014-2015) e Interior y Seguridad Pública (2015-2017)
– Coordinador Nacional del Proceso Participativo Constituyente de la Presidenta Bachelet (2015-2017);
– Máster en Defensa y Seguridad, Colegio Interamericano de Defensa, Washington D.C., Estados Unidos (2017-2018);
– Máster en Relaciones Internacionales, Universidad Autónoma de Barcelona, Barcelona, España (2018-2019);
– Secretario Ejecutivo de la Comisión de Reforma de Carabineros del Senado (2019-2021);
– Miembro del Foro Permanente de Política Exterior (2020-2021).
Mi nombre es Ricardo Montero Allende, tengo 37 años, soy el segundo hijo entre 6 hermanos, tres mujeres y tres hombres. Mis abuelos llegaron al Maule Sur en el siglo pasado, mi padre nació en Linares y la familia de mi madre es de Parral. Mi hogar está a orillas del Achibueno, entre Linares y Longaví.
Soy abogado y, desde distintos lugares, siempre he trabajado por una sociedad más justa e inclusiva. El propósito de mi vida es apoyar, desde mis conocimientos y experiencia, a empoderar y organizar comunidades para que puedan lograr sus objetivos. Por eso quiero representar los sueños, dolores y necesidades del Maule Sur, en la construcción de una nueva Constitución, trabajo que debe hacerse, fundamentalmente, escuchando y trabajando en equipo.
Mis principales recuerdos de infancia son con mis primos, a caballo, camino al río Achibueno buscando un buen pozón donde bañarse y pasar la tarde, pero principalmente aprendiendo lecciones de la gente que más quiero, especialmente de mis padres, mi familia y las personas con las que he tenido la oportunidad de compartir. Gracias a esos aprendizajes es que puedo trabajar día a día por un país con mayor justicia social, más descentralizado, menos desigual y respetuoso del medio ambiente.
Estudié leyes en la Universidad Católica donde participé activamente de la organización universitaria y diversas actividades sociales y deportivas. Fui voluntario de TECHO para Chile, allí contribuí, tanto en nuestro país como en otros de Latinoamérica, a potenciar la organización comunitaria. Por más de una década trabajé junto a familias que habitaban campamentos y viviendas sociales.
Tras el terremoto que vivimos en 2010, fuimos de las primeras organizaciones en llegar al Maule para iniciar los trabajos de reconstrucción de viviendas y nos encontramos con un momento de fuertes contradicciones, destrucción absoluta, pero también con la oportunidad de volver a ponerse de pie y seguir luchando.
Luego de la reconstrucción que llevamos adelante por el terremoto, me fui a trabajar a Brasil para liderar el equipo de TECHO en Sao Paulo. Allí, trabajamos en favelas junto a dirigentes sociales, familias y miles de voluntarios. Fueron dos años increíbles, de mucha escucha, trabajo en equipo y aprendizaj

Volví a Chile con la esperanza de aportar en los cambios sociales que tanto necesitamos. Combatir la brutal desigualdad que sufren los territorios como el Maule Sur respecto a Santiago o a la capital regional, los innumerables problemas en el acceso a la salud y a los especialistas, las limitadas opciones educacionales, el altísimo desempleo y, en definitiva, la falta de oportunidades fueron las situaciones que me llevaron a sumarme con entusiasmo y convicción al segundo Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, que buscaba realizar transformaciones sociales profundas. Ahí trabajé por casi 4 años como Jefe de Gabinete en los ministerios de Defensa Nacional e Interior y Seguridad Pública.
Durante el gobierno de la Presidenta, tuve el honor de coordinar a nivel nacional la Etapa Participativa del proceso constituyente. Fueron miles los Encuentros Locales Autoconvocados, cabildos en todas las provincias y regiones. Más de 200 mil personas se movilizaron a lo largo del territorio nacional para debatir y construir las bases de un nuevo Chile: un vibrante proyecto de Nueva Constitución.
En ese gran proceso, que partió 2015, vi a personas de todo Chile escuchando, compartiendo ideas, puntos de vista, discrepando y enriqueciéndose con los aportes de otras y otros. Me impresionó especialmente la potencia de los jóvenes y las mujeres, quienes me demostraron que la participación de todas y todos es fundamental para consolidar las demandas sociales y transformarlas en un proyecto de país que nos conecte con el futuro.
Durante el proceso pude confirmar que la demanda por una nueva Constitución era una necesidad real y transversal en nuestra ciudadanía y que las regiones y sus territorios no podían seguir esperando.
Por eso, para intentar aportar más a nuestra sociedad, decidí especializarme en un tema que durante años ha preocupado a nuestras vecinas y vecinos: cómo proteger mejor a nuestra población. Estudié un posgrado en Seguridad y Defensa en Estados Unidos y luego un Máster en Relaciones Internacionales, Seguridad y Desarrollo en España. A través de los estudios pude ratificar la importancia de un concepto de seguridad que cuide a las personas, que sea respetuoso de los Derechos Humanos y que no discrimine. Solo así se logrará la base de un país más justo, cohesionado, sostenible y desarrollado.
Como abogado, mi motivación siempre ha estado puesta en la justicia social, en trabajar por darle a cada persona lo que le corresponde y merece, por su condición de ser humano. Cuando no podemos garantizar derechos sociales para toda la comunidad, teniendo la capacidad como país de hacerlo, significa que estamos siendo injustos y que hay una arquitectura social que propicia esa injusticia. Eso pasa en Chile. La justicia debe comenzar por el fin de los abusos y la reducción de la brutal desigualdad, que nos afecta a todas y todos y nos impide avanzar como sociedad.
La Constitución que tenemos ni la construimos nosotros, ni nos ofrece las garantías que necesitamos: la heredamos de la dictadura y no protege a todos por igual. Esta vez tenemos la oportunidad, mujeres y hombres, a través de la semilla del diálogo y la participación, de cosechar una Constitución democrática, que crezca firme y responda con sus frutos a las necesidades del país y de las futuras generaciones.
Nuestra nueva Constitución debe ser construida con precisión, cariño y dedicación, tal como las artesanas de Rari construyen sus obras, hermosas y bien hechas. Nuestra Constitución debe ser firme y resistente, como la locería de Pilén, para que se proyecte por muchos años y resguarde el futuro de nuestros hijos.
Y, en este sentido, no partimos este trabajo desde cero, recibimos y recogemos lo expresado por miles de personas en las Provincias de Linares y de Cauquenes en los Encuentros Locales Autoconvocados para llevar esas voces a la nueva Constitución.
Yo quiero ser el vocero de esos sueños y anhelos. Quiero que la voz del Maule Sur se escuche fuerte y claro. Desde San Javier, Villa Alegre y Yerbas Buenas en el norte, hasta Parral y Cauquenes en el sur, desde la cordillera de Colbún, pasando por Linares, Longaví y Retiro, hasta llegar a las costas de Chanco y Pelluhue. Quiero trabajar para representar a nuestra comunidad y llevar nuestros sueños y esperanzas a la Convención Constitucional.