El 2020 que está terminando nos golpeó muy duro, todo lo vivido este año fue tan inesperado como angustiante, pero, como todo proceso de crisis, este año también nos entregó valiosos aprendizajes y una serie oportunidades que debemos tomar. Tenemos buenas razones para mirar el 2021 con optimismo y estar dispuestos a trabajar por un mejor año, para todas y todos.
La participación en el plebiscito de octubre pasado nos llena de esperanza de cara a la elección de los convencionales constituyentes que redactarán nuestro nuevo contrato social.
Además, este 2021 elegiremos por primera vez a los Gobernadores Regionales que ocuparán un rol de autoridad territorial electa por voto popular y no designada desde el Gobierno central.
Y, finalmente, la vacuna, que nos hace soñar con volver a los abrazos, visitar a los familiares que dejamos de ver y a nuestros amigos.
El plebiscito que aprobó por cerca de un 80% la elección de una convención constitucional paritaria –y hoy también con la participación de nuestros pueblos originarios— nos dio la oportunidad de comenzar a construir una salida democrática a una profunda crisis social. Respecto a la participación, en la Provincia de Linares ésta fue algunos puntos más baja que el promedio nacional, por lo que ahora tenemos el desafío de informar sobre la importancia de la elección de Convencionales Constituyentes para que participe la mayor cantidad de gente posible.
La elección de constituyentes el próximo 11 de abril nos entrega la opción de construir, en conjunto, un nuevo pacto social que propicie una convivencia más justa para toda la población, que se convierta en un hito en la vida de nuestra generación y, principalmente, que funde las bases de la vida de las generaciones que vendrán.
Respecto a la elección de Gobernadores Regionales también tenemos una bonita oportunidad. Sabemos que la ley que regula sus funciones está incompleta y que falta mucho por trabajar, pero, de igual forma constituye uno de los pasos más relevantes en materia de descentralización. Permitirnos escoger nuestras autoridades regionales es un avance en la línea de comenzar a equilibrar el poder y no dejarlo todo concentrado en Santiago. El desafío pendiente en el Maule es que esa distribución de poder no se quede solo en el norte de la región y pueda llegar de forma efectiva a los distintos territorios del Maule Sur.
Finalmente, la luz de esperanza llegó en navidad, las primeras dosis de la tan ansiada vacuna ya están en nuestro país y el comienzo de su implementación es una buena noticia. Pero debemos tener cuidado, las autoridades deben poner más esfuerzo en ejecutar de buena forma el tremendo desafío logístico e informativo que significa una vacunación tan masiva. Para eso es fundamental terminar con las ganancias pequeñas y con los shows mediáticos que acaban confundiendo más que informando. El gobierno tiene una labor vital: debe administrar las expectativas de la población, trabajar con humildad y dar la confianza e información necesaria para que toda la comunidad participe activamente del proceso de vacunación.
Para lograrlo, en Linares, nuestra región y nuestro país, es fundamental que apoyemos a nuestros funcionarios de la salud, entregándole como mínimo las condiciones materiales necesarias para que puedan implementar su invaluable labor. Escuchemos con atención y respeto las demandas que los funcionarios han planteado.
Después de un año muy complejo y duro, tenemos la oportunidad de construir uno mejor, pero dependerá de nuestra capacidad para informarnos, participar en las votaciones que se nos vienen, escuchar lo que otros nos tienen que decir, construir acuerdos, apostar por redistribuir el poder, entendernos como parte de una sociedad y, en definitiva, construir una sociedad más justa para todas y todos.
Lo más importante es que tenemos que hacerlo juntos. Cuidarnos entre todos para minimizar el riesgo de contagios, participar activamente en todas las instancias que entregue la redacción de la nueva Constitución y, sobre todo, trabajar por un mejor país en 2021.
Finalmente, quiero aprovechar esta última columna del año para recordar a las 16.443 personas que perdieron la vida a causa del COVID. Cada una de ellas forman parte de grupos familiares y de amistades a quienes le harán falta. Para todo ellos, vaya nuestro recuerdo.
Que el 2021 sea el año de la esperanza.