Chile tiene motivos para celebrar. Tras un año muy complejo, el descontento social se ha comenzado a canalizar democráticamente. El pasado domingo la ciudadanía se manifestó de forma masiva a través del voto. Una categórica mayoría se inclinó tanto por el Apruebo (78,27%) como por la Convención Constitucional (78,99%). La votación fue la más masiva desde la implementación del voto voluntario (50,90%) y en la que más personas han participado (7.531.261 personas).
En Linares, el apruebo obtuvo un 72,52%, la Convención Constitucional un 72,02% y la participación fue un poco más baja que la nacional, con un 43,87% (35.880 personas). En todo el país, el proceso plebiscitario se desarrolló de forma pacífica y ordenada, el SERVEL implementó un excelente trabajo en terreno, miles de vocales condujeron el proceso en cada una de las mesas y a pocas horas de terminado el escrutinio ya se sabía de forma clara e incuestionable el resultado. Diversos medios nacionales e internacionales destacaron la jornada y centraron su mirada en que por primera vez en la historia de la humanidad un país escribirá su propuesta de nueva Constitución en una Convención paritaria, compuesta por mujeres y hombres de forma equilibrada.
Raya para la suma –y tras un año tan duro por diversos motivos— este fue un proceso electoral ejemplar y una demostración de educación cívica, tanto por parte de la institucionalidad estatal, como por parte de la ciudadanía. En definitiva, existen motivos para estar contentos y celebrar.
Pero este es un proceso que recién comienza y es una oportunidad de participación ciudadana que implica grandes desafíos. El próximo 11 de enero del 2021 es el plazo para definir las candidaturas de quienes buscarán integrar la Convención Constitucional y el 11 de abril del mismo año votaremos por esas personas que nos representarán. Posteriormente, la Convención tendrá 9 meses, prorrogables por otros tres, para presentar una propuesta constitucional. Finalmente, en el llamado plebiscito de salida, será la ciudadanía la que, en voto obligatorio, acepte o rechace la propuesta de una Nueva Constitución para Chile.
Durante todo este periodo hay varios temas que deben ser considerados. Primero se debe terminar de definir cómo participarán los independientes y cómo incluimos representantes de nuestros pueblos originarios; una Convención más representativa de nuestra sociedad permitirá una propuesta constitucional con un mayor grado de legitimidad y pertenencia. Además, debemos buscar y votar por candidatos con los que nos sintamos representados y en los que confiemos; personas que puedan organizarse y coordinarse, para llegar a los acuerdos de 2/3 exige el proceso para definir cada norma. También necesítanos movilizar a la ciudadanía para discutir, debatir y presentar propuestas de aquellos temas que más les importan y que conjugarán de manera participativa el trabajo de la Convención y las demandas sociales que nos llevaron a iniciar este proceso. En esto no partimos desde cero, la ciudadanía se ha expresado masivamente durante los últimos años. Tenemos los resultados sistematizados del Proceso Constitucional de la Presidenta Bachelet, por comuna, a nivel, provincial, regional y nacional. Además, tenemos la información de los diversos cabildos que durante el último año se han realizado y que alimentarán el debate.
Algo que no podemos olvidar es informar adecuadamente a la ciudadanía sobre lo que significa y cómo funciona este Proceso Constituyente, para motivar a que la mayor cantidad de gente participe con sus opiniones y propuestas y, fundamentalmente, se haga parte de la elección de los Convencionales Constituyentes y del plebiscito de salida. Mantener y aumentar la participación ciudadana es quizá el mayor desafío que enfrentamos luego de conocer los resultados del domingo pasado; sabemos que existe el interés, ahora debemos trabajar para convertirlo en participación.
Chile vive un proceso histórico, nos observa expectante todo el mundo y por ahora es una hermosa oportunidad que generamos entre todos. Somos nosotros, la ciudadanía organizada los que debemos aprovechar este espacio único que la democracia nos entrega. Somos nosotros los llamados a construir una sociedad más justa, respetuosa de nuestros derechos sociales, inclusiva, sustentable y segura para todos. Somos nosotros los que debemos participar activamente para construir un nuevo pacto social que nos represente a todas y todos.