Participación constituyente: juntos, somos más que un voto

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La celebración, tras ganar una votación, suele ser breve. Confirmada la victoria –más si es contundente como el caso del Apruebo y la Convención Constitucional—, el mandato popular indica que: ¡es hora de ponerse a trabajar! Pero sin olvidar todo el trabajo que ya se ha realizado.

Una de las formas de participación con que se expresará la ciudadana en el proceso constituyente será a través del voto, en la elección de los convencionales constituyentes el próximo 11 de abril y en el plebiscito de salida (votación obligatoria, probablemente en el segundo semestre del 2022). Ambas instancias de participación son absolutamente fundamentales para este proceso, pero no pueden ser las únicas. La participación ciudadana no debe limitarse sólo al ejercicio del voto, debe ir mucho más allá.

Necesitamos una ciudadanía informada, pero también empoderada y activa; menos personas dictando cátedra sobre qué debe contener la Constitución y más gente escuchando la opinión de la ciudadanía y las organizaciones territoriales, a lo largo y ancho de todo el país. Necesitamos actuar como sociedad, una sociedad que se convoca y se escucha.

Es importante recordar que en el debate constitucional no partimos desde cero, los últimos años han sido de diálogo y propuestas, en los que han aparecido diversas instancias donde la ciudadanía se ha reunido a debatir estos temas. Como comunidad organizada nos hemos hecho presente y nuestra opinión no puede ser olvidada. Una de las principales instancias fue el proceso constituyente participativo que inició la Presidenta Michelle Bachelet.

Durante el periodo 2014-2018, gracias al trabajo de un equipo comprometido y muy competente, empujamos desde el Gobierno un proceso democrático e institucional de participación ciudadana para una nueva Constitución. El proceso constó de cuatro instancias que ofrecía espacios a la ciudadanía: la consulta individual vía internet, los Encuentros Locales Autoconvocados (ELA), los cabildos provinciales y los cabildos regionales. El resultado de esos espacios está disponible y sistematizado en www.unaconstitucionparachile.cl

Por ejemplo, en las provincias de Linares y Cauquenes, basado en los encuentros locales autoconvocados, se observan conclusiones muy interesantes, que motivan a involucrarse y seguir participando. Allí se definió como valores y principios prioritarios a la justicia, la igualdad y el respeto. Estos valores deberían ser nuestra guía durante el proceso, pues son indispensables para construir una Constitución que sea realmente para todas y todos.

En materia de derechos sociales los más destacados fueron el derecho a la salud, la educación y la vida. Sin lugar a duda los derechos sociales serán una de las principales materias de discusión. Respecto a los deberes y responsabilidades, los encuentros relevaron principalmente la importancia de la protección y conservación de la naturaleza (¡en hora buena!) y el respeto por los derechos de los otros. Entre sus tres primeras menciones, la Provincia de Linares sumó el respeto por la Constitución, mientras que la Provincia de Cauquenes, ratificando la importancia de tener las reglas del juego claras y respetarlas, se inclinó por el cumplimiento de las leyes y normas.

Cuando tocó priorizar instituciones, ambas provincias coincidieron en la importancia de un Defensor Ciudadano, que pueda resguardar a la población de los abusos y en la relevancia de las Fuerzas Armadas. La provincia de Linares completó sus tres primeras prioridades institucionales con la Presidencia de la República y la de Cauquenes puso énfasis en la participación, incluyendo como institución a los Plebiscitos, referendos y consultas.

Como podemos observar existe mucho material disponible que muestra consenso y representa a la ciudadanía y que puede ser utilizado como insumo para la participación y el debate constitucional.

Todo este trabajo y estas conclusiones debieran ser complementadas con los cabildos territoriales que se desarrollaron en todo el país tras el estallido social de fines del 2019, con otras instancias de participación comunitaria y, por cierto, con nuevas iniciativas de discusión y encuentro. El país y el Maule Sur participan hace años y estas opiniones son muy relevantes, es nuestro deber rescatar este debate, actualizarlo y participar activamente en el proceso constituyente, a través del voto, con propuestas y durante todo el proceso exigiendo a quienes ocupen el cargo de convencionales, rendición de cuentas, transparencia y espacio de discusión y debate. Esta es la única forma de construir una Nueva Constitución para todas y todos.