El pasado domingo 29 se realizaron las primarias legales 2020 para escoger candidatos tanto a gobernador regional, en casi todas las regiones, como a alcaldes. En el caso de los ediles sólo hubo primarias en 36 de las 345 comunas de nuestro país. En el Maule Sur votamos para escoger a los candidatos a Gobernador Regional.
Las primarias legales son valiosas porque permiten a la ciudadanía escoger, mediante un mecanismo justo y transparente, qué candidatos deberían estar presentes en la papeleta de las diversas votaciones. Por eso, mientras más amplia es la participación mejor funcionan las primarias, pues son más las personas que influyen en la determinación de los posibles candidatos.
Terminadas las primarias legales del 2020, es buen momento para realizar un breve análisis sobre las cosas buenas del proceso, las cosas malas y, principalmente, lo que se nos viene.
Partamos por lo bueno. Es esencial señalar que, en una democracia, el voto siempre es motivo de celebración, pues es señal de que hay ciudadanos y ciudadanas interesados en participar de la vida en común. Por algo se dice que las votaciones son la fiesta de la democracia.
Lo segundo importante es destacar que, en primarias, la ciudadanía tiene la oportunidad de escoger a las candidatas y los candidatos que quieren que sean sus representantes en las próximas elecciones. Regulado por ley, este es un sistema relativamente nuevo en Chile, que abre más espacios de participación para la ciudadanía y otorga mayor autonomía popular en la toma de decisiones respecto de las candidaturas. Pero también obliga a los partidos y coaliciones políticas a salir de las habitaciones cerradas, para abrir la convocatoria al ciudadano de a pie. Para ser candidato no basta con hablar a los convencidos del propio partido, sino que debemos validarnos frente al pueblo al que queremos representar.
Tercero, y quizá lo más novedoso, es que por primera vez en la historia de Chile tuvimos la oportunidad de votar por nuestros futuros gobernadores regionales. Un cargo que nunca habíamos elegido mediante voto popular. Nunca habíamos votado en el Maule por nuestra autoridad regional. Sin lugar a duda este es un avance significativo en el proceso de descentralización que Chile viene transitando muy tímidamente y que, sin lugar a duda, requiere con urgencia apurar el tranco.
Dentro de lo malo, y principalmente lo que debe ser mejorado, también hay cosas que resaltar. Primero, la baja participación. Al momento de redactarse este articulo, el SERVEL informaba, con 99.91% escrutado, que votaron 418.685 personas, en el Maule Sur fueron aproximadamente 12.000 votantes y en Linares un poco más de 3.300 ciudadanos concurrieron a las urnas. Si bien era esperable que esto sucediera, siempre hay que aspirar a la mayor participación posible. Nadie podría decir que la baja participación fue una sorpresa pues no existió una campaña nacional efectiva de información sobre el sentido de las primarias, tampoco se incentivó la participación ni se dieron facilidades de locomoción para concurrir a votar.
Por su parte, el mea culpa también deben hacerlo los partidos y candidatos por la incapacidad de llegar acuerdos más amplios. Esto impidió realizar primarias para alcaldes en un número mayor de comunas y que no participaron todas las coaliciones en las elecciones para gobernadores regionales. Respecto a la población, debemos insistir en la importancia de la participación ciudadana, particularmente respecto de las votaciones.
El segundo elemento preocupante es que aproximadamente el 6% de las mesas a nivel nacional no pudieron constituirse, dejando a ciudadanos sin la posibilidad de votar. Esto es preocupante y muy grave puesto que todas y todos tienen derecho a emitir su voto y es el Estado el que debe garantizarlo, según consigna la Constitución.
Como tercer elemento, llama la atención la cantidad de votos nulos, que llegó a 28.308 a nivel nacional, es decir un 6,7% del total de los sufragios. En el Maule Sur se registraron casi 500 votos nulos y en Linares más de 100. Muchas personas que no militan en partidos políticos recibieron un voto que tenía las opciones de ambas coaliciones y terminaron marcando más de una preferencia, una por cada coalición, lo que terminó anulando su voto. Eso muestra la necesidad de buenas campañas informativas impulsadas por el Estado, a falta de educación cívica permanente y de calidad.
En suma, contamos con una instancia financiada y legal que pudiendo ser masiva, tuvo una participación limitada por la insuficiente información disponible. Lo positivo es que tenemos espacio de mejora y que aún tenemos algo de tiempo para implementar los cambios necesarios de cara a lo que viene.
En abril próximo nos volveremos a encontrar en las urnas, en esa ocasión para elegir a las personas que ocuparán los cargos de gobernador regional, alcalde, concejal y convencional constituyente. Esperemos que las autoridades comiencen a trabajar desde ahora en informar a la población, preparar planes B, C y D si fuera necesario por si las mesas no pueden ser constituidas, permitir el voto de las personas que hoy no pueden ejercer su derecho y proveer transporte gratuito para las personas en el día de la elección, especialmente para las zonas rurales o más aisladas.
Fiestas de fin de año mediante, tenemos algunos meses para involucrarnos, para incentivar a otros a involucrarse y para elegir a conciencia quienes nos representarán en esos cargos.